No eres bienvenida
Que triste es sentir que no eres bien recibida en tu propia casa. Quizás es una paranoia mía, pero siento que a mi madre le molesta que esté aquí o que quiera hacer cosas con ella, como si quisiera que me fuera de casa de una vez. Todo es una discusión, siempre lo hago todo mal, jamás acierto en mi comportamiento hacia ella. Y ella nunca hace nada mal.
Ayer estábamos viendo la tele y tenía a Blues encima mío. Ella empezó a fastidiarlo y el gato saltó clavándome las unas en los muslos. Tengo dos arañazos, uno en cada pierna. Ella le quitaba importancia al asunto "a mi me lo hace cada dos por tres". Claro, me callé la boca y no dije nada más hasta esta mañana, que le enseñé de nuevo el raspón. Me dice, "ay, pobrecita". Le pregunté porqué no me lo había dicho antes y me dice "es que me sentía culpable".
Vaya, así que es esa su forma de afrontar las cosas...
Da igual lo que le diga, ella me da la razón como a los locos y no presenta ninguna solución aparte de "Que mala madre que soy".
Alguna vez le he preguntado si quiere que me vaya de casa. Su respuesta: "No, lo que quiero es que se acaben estas situaciones". Pero luego no pone nada de su parte para que se acaben.
Siempre ha buscado a alguien que le solucione sus problemas conmigo, un mediador "cuéntaselo a Iñaki, que para eso le pago". Se dedica a mirar para otro lado, cuando adolescente me acercaba a ella para contarle mis problemas. Ella miraba la tele y leía el periódico, después de la discusión de turno yo me iba al cuarto diciendome "pobre, ha estado todo el día oyendo problemas y es normal que no quiera oir los míos". Necesito su apoyo y lo único que recibo es "sí, soy una mala madre" y eso no me sirve de nada.
No me gusta sentirme rechazada, me cierro en banda, me mantengo alejada de las personas que lo hacen. Pero convivo con ella, no puedo alejarla de mi.
No busco una respuesta escribiendo esto, lo hago como una caja de resonancia, para autoanalizarme.
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