Una Farola
Scortator Dice:
En primer lugar Rafman, gracias por aportar una cita en la que poder encontrar los argumentos que defiendes, trataré de localizar el artículo en cuestión, pero entremos ahora en materia, para ello nada mejor que citar a Quintiliano “en la gramática nada daña sino lo superfluo”, el debate sobre el alfabeto fónico no lo plantearon por primera vez Andrés Bello o Jesús Mosterín, es preciso remontarse a la “Gramática de la lengua castellana” de Antonio Nebrija, publicada en 1492, en la cual se dice “escribo como hablo”, no cabe la menor duda de que aquí ya se apuntaba al uso de un alfabeto fonémico, -supongo que será el mismo al que te refieres, Rafman, al decir con grave error “fonético”, a día de hoy hay dos alfabetos fonéticos en uso: el AFI y el de la REF-, pero no sólo Nebrija se planteó esta problemática, también fueron partidarios de ella Valdés en el “Diálogo de la lengua”, (1535), o la “Ortografía Castellana” de Correas, (1630), esta última obra ya hace referencia en el mismo título a las ideas que propugna. Para profundizar en todo esto es necesario conocer las circunstancias en las que se gestó la “Gramática de la lengua castellana de la Real Academia Española”, (1771), fue el producto de un grupo de académicos que hartos de no ponerse de acuerdo sobre el orden del abecedario así como de no tener seguridad alguna sobre la correcta escritura de las palabras al lematizar las palabras que fueron recogidas en el “Diccionario de Autoridades” decidieron crear la norma del español –limpia, fija y da esplendor-, esta reforma se materializaría por completo dos años después con la publicación de la ortografía, por tanto, los orígenes de la tan defendida norma se basan en una recopilación de soluciones para una serie de problemas lingüísticos, espero que nadie olvide que la Academia nació con el único fin de publicar un diccionario, jamás se pensó en estos otros apartados de la lengua.
También se discutía qué es lo que le da riqueza a una lengua, no hay ninguna duda de que el principal elemento enriquecedor es la variedad de significados, ¿o acaso alguien cree que cuando la Academia presume del número de acepciones que contiene el DRAE lo hace sólo por presumir de números?, me parece recordar que la media que se deriva del Diccionario Académico es de 3 acepciones por palabra. La riqueza también viene manifestada por los recursos sintácticos, de los cuales la poesía da buena cuenta. Quintiliano, el gran maestro de la retórica, basaba la riqueza de una lengua en el perfecto equilibrio de las letras que le sobran y le faltan a una lengua, los que deseen más información al respecto les recomiendo que lean el capítulo cuarto de la gramática de Nebrija.
Participo con la idea de que una lengua es una marca de identidad cultural, pero no comprendo lo de que sirve para “identificar el nivel de educación”, Sócrates era analfabeto, y mucho me temo que nadie, ni siquiera Rafman, se atrevería a poner en tela de juicio su educación.
¿”La simplificación implica pérdida de matices valiosísimos”? es una gran equivocación pensar que simplificación es igual a eliminación de contenido, para más información “Perito en Lunas” de Miguel Hernández, única obra poética española del siglo XX compuesta exclusivamente por octavas reales, ¿hay alguna estructura poética que fuerce más la simplificación que la octava real?
“El contexto no siempre está disponible”, en cierto modo esta afirmación es correcta, pero si fuese así la comunicación humana no sería viable jamás, cuando el contexto falla los hablantes participan de lo que la lingüística llama el principio de cooperación lingüística.
“Se están educando [los niños] en una materia [la ortografía] que ejercita la disciplina”, una vez más compruebo que cuando hablas del alfabeto “fonético”, desconoces bastante el tema, esta reforma no aspira a eliminar la ortografía, sino a simplificarla. En cuanto a lo de ejercitar la disciplina no consigo comprenderte, necesito que un psicoanalista interprete esa información, me aventuro a pensar que pueda tratarse de un trauma infantil. En lo referente a las diferencias de escritura que apuntas entre la población de Madrid y Valladolid me gustaría decir varias cosas, primeramente insisto en que la reforma fónico no daría lugar a un sistema caótico de escritura, seguiría estando sujeto a unas normas más simplificadas, como ya dije, si alguien de Valladolid escribe “Balladolid” obviamente no cumple con los objetivos de nivel educativo de los que hablaba Rafman, En cuanto al criterio fónico no hay ningún problema, sería tan simple como asociar una letra a cada fonema, eliminando las que son innecesarias por carecer de un valor distintivo.
“La realidad fonética da un bonito colorido al español, pero es la ortografía quien permite unificarlo para que todos nos entendamos”, menudo ramalazo con pretensiones literarias, vienes a decir que la ciencia que estudia los sonidos del lenguaje hablado da un bonito colorido al español, pero es la manera correcta de escribir las palabras quien permite unificarlo para que todos nos entendamos. Volveré a repetirme, una lengua, como sistema que es, está sometida a una serie de normas, una norma fundamental para una lengua, como para cualquier sistema, es la de tener una única representación para cada componente del sistema, imagínate lo que sucedería si pudieses escribir el 2 como 3 y 4, en un sistema numérico vemos que esto sería imposible, entonces, ¿por qué tenemos b y v; y y ll; q, c y k; o h?
Sobre la afirmación de que “el francés es una lengua vaga”, prefiero contenerme, porque no sé que entiendes por “lengua vaga”, con tus argumentos me viene a la cabeza la lengua francesa en la cola del INEM, lo mejor de todo es cuando dices que “hay multitud de palabras que no se pueden distinguir sin la grafía”, ya decía yo que no me resultaba fácil entenderme con los francófonos tenía que haberles escrito palabra por palabra lo que les decía, me parece que esta opinión te la has sacado de aquel número de Martes y Trece en el que Paca Carmona le decía a Lauren Postigo “Lauren, dices muchas cosas, pero no me entero de nada”, es realmente osada tu afirmación, aseguras que la lengua hablada en el francés no cumple su objetivo, hasta Carlos V se quedó corto en comparación a ti cuando dijo que “el alemán era la lengua para hablar con los caballos”, ¡al menos se entendía con ellos!, pero los franceses precisan plasmar gráficamente sus palabras para poder sostener una conversación oral, Rafman, por favor, tonterías no.
Un saludo para todos las/los lectoras/es de este blog, y un beso para su autora ;)
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